Supongo que en este momento,
mientras estoy tumbado en mi cama
con los pensamientos mezclados
hay una vagina y un pene
en una guerra de fluidos
y también ha de haber un niño
sacando a su padre de la cantina
y una canción punk en un cassete
que sirve de marcha fúnebre
para las botellas que yacen en el piso.
Todo eso sucede afuera
al mismo tiempo
que yo me anestesio
con mi bolsita de pegamento.
Ojalá vengan por mí, el techo está cada vez más cerca.
sábado, 11 de octubre de 2008
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