domingo, 6 de julio de 2008

La misma Verija

Debí hacer caso
a las palabras
de un tipo que con ánfora en mano
y ojos de perro
me escupió en la esquina:
“ no hay pedo hijilín, todas las verijas son iguales”

Pero nunca escucho.

Y ahora recargado en la esquina.
Con mi sombra compañera.
Esperando una
igual a todas pero yo quiero ésa.

A nadie

En el cielo
el sol se desangra.
Y escondido entre sombras
lo veo agonizar.
Y por no molestar
me quedo aquí,
y no les advierto que de apoco
se torna rojo.

Ni que la muerte anda por ahí
Sonriendo y regalando flores
a los apagados que llenan los micros
las fabricas
las escuelas
las casas.
No les voy a decir nada.
Mejor me quedo aquí.
Sin molestar ni hablar mientras el sueño se mete en mi piel.