domingo, 24 de octubre de 2010

Ser puto dentro de la escena

Por Kyoto Now!
es contradictorio pensar que en el punk o hard core, que son dos estilos de vidas que reniegan de lo establecido, al final de cuentas, repitan las mismas conductas de una sociedad a la que se han negado a pertenecer. y es que hay que ser realistas, las dos son escenas homofóbicas que dejan pendiente el tema de la diversidad sexual, de la aceptación del otro ¿qué pasaría si en una tocada de punk o hard core dos chavos entran tomados de la mano? seguramente serán violentados, se burlaran de ellos, los miraran con desprecio o los harán sentir incomodos, tal como en el barrio y en la sociedad se acostumbra. pero, que acaso no hay que preguntarse ¿si vas a una tocada de hard core o de punk no es para escapar de lo impuesto por esa misma sociedad? es que parece que en esos temas la escena se ha quedado atrás, no ha sido incluyente y piensan que la música es para machines. pero en este punto habrá que preguntarnos ¿siempre ha sido así? ¿acaso nunca ha habido algo diferente en esos temas? pues bueno, para eso vamos a revisar un poco de historia, asomarnos a lo que ya pasó, para darnos cuenta que no siempre fue así y también localizar el momento donde cambió todo.
en los años 50s, un Punk en la jerga carcelaria era sinónimo de “carolo”, es decir, un jovencito que era utilizado por los presos heterosexuales como amante. era un término para insultar y degradar a la gente. cuando los jóvenes de los 70s asumieron el nombre, estaban consientes de su doble carga de ambigüedad y sinónimo de marginalidad. de hecho, el primer germen del punk era sexualmente ambiguo, con una libertad sexual que no se intelectualizaba (por ejemplo el jipismo), si no que era natural. la sexualidad libre se ejercía más de lo que se hablaba, no había un discurso ni una tendencia, simplemente se jugaba con el limite de los sexos, por eso podemos hablar de una patti Smith con la imagen masculinizada, un dee dee ramone escribiendo sobre sus experiencias como taxi boy o un Iggi Pop que salía a escena con un tutú de ballet y con el cuerpo bañado en brillantina. el cambio en ideología, estética y hasta de valores vino en los años 80s con el auge hardcore punk estadounidense. ese cambio relegó por completo la diferencia sexual en la escena, la estética cambió radicalmente: la imagen eran tipos con cabello corto con aire militar. también la base de ese movimiento se formó de gente con mucha furia y valores personales muy rígidos, tal vez influidos por la ola moralizadora de los 80s en el país gabacho. Fue en ese momento, que el costado más hedonista del punk fue suplantado por una línea disciplinaria de conducta.
ese fue el parte aguas, el momento donde el genero (tanto punk como hard core), suprimieron la diversidad para uniformar, para dar sentado que todos eran heterosexuales. el problema para las personas de diferentes preferencias dentro de la escena llegó cuando se sintieron excluidos, cuando la música que escuchaban no decían nada acerca de su realidad y no podían ser ellos mismos. porque ellos no querían estar dentro del medio homosexual vigente y comercializado (entrar a la música bailable, al consumismo de la cultura homosexual), porque ante todo se sentían punk o hard cores. en esa disyuntiva estaban a finales de los 80s, cuando por primera vez el cineasta bruce labruce usó el termino de homocore cuando comenzaba su carrera filmando cortos eróticos gays, en el cual los protagonistas eran siempre punks y skins. labruce siempre exhibía sus cortos en las tocadas de hard core de la época, no siempre con buena respuesta. pero en realidad los que se encargaron en convertir el homocore en un contramovimento fueron los fanzines del mismo labruce, lo que le dieron forma al homocore(también llamado queercore), así con el apoyo de los fanzines y de sus filmes, labruce forma fifth columm, la primera banda en autodefinirse punk gay. a la par de todo eso, se abre el primer local en chicago dedicado exclusivamente al homocore, llamado: “homocore chicago” en el cual por cada evento regalaban una camiseta con la leyenda: “Una vida escuchando música disco es un precio demasiado alto a pagar por nuestra identidad sexual” y donde inevitablemente se creo el primer sello discográfico especializado en el genero llamado Outpunk Records, donde se dieron a conocer bandas como la inglesa sister george, mukilteo fairies entre otras. paralelamente surgieron bandas lésbicas. Las más importantes en aquel primer momento fueron team dresch, liderada por donna dresch, creadora del sello chainsaw, uno de los más importantes de la escena, y las escandalosas tribe 8, mujeres que tocaban con el torso desnudo, ejecutando una castración ritual sobre el escenario con un pene de plástico y se reivindicaban sadomasoquistas. todo eso se llevaba acabo a la par de disputas y polémicas dentro de la escena que ya empieza hablar del termino homocore como una ramificación dentro del hard core, que si bien en el sonido no se puede diferenciar de otras bandas o de otras tendencias, lo que lo hace diferente son sus temáticas basados completamente en temas gays (historias de amor, de elección, discriminación), haciéndose un espacio dentro del movimiento. incluso hay bandas donde sus integrantes no tienen esas preferencias (Fun people por ejemplo), pero se autodefinen homocore porque están de acuerdo en la necesidad de afrontar al hardcore (llamado a veces machocore) convencional. hoy en día, el termino homocore está un poco sepultado, tal vez las bandas más famosas bandas que aún están en activo como Limp Wrist formada por martin( que asumió su sexualidad hace varios años atrás con la banda ya extinta los Crudos), y la más famosa pansy división, entre otras, han resistido, y las demás han dejado vestigio de esa lucha por hacerse de un lugar dentro de un espacio que supuestamente se los tendría que dar.
ahora lo importante es señalar que no es que se deba dar más importancia al homocore que a los demás géneros o que de ahora en adelante se dé un lugar privilegiado a los homosexuales en la escena, claro que no, simplemente se trata de recordar un poco sus luchas, lo que han aportado al estilo de vida y el trabajo que han tenido que llevar acabo para ser gays y punks al mismo tiempo. la forma en la que se han creado alternativas cuando sentían que no encajaban en ningún lado; cuando crearon su propia definición del hard core y le dieron el sentido que ellos querían, llevando el principio de d.i.y a su máxima expresión. al final de cuentas, después de todo esto, me quedó con una conclusión, y es que ojalá el homocore no existiera. Sí, que no hubiera necesidad de hacer divisiones por esos temas, que a la postre, resultan intrascendentes para calificar lo bueno o lo malo de una persona. sería ideal, pienso yo, que dentro del hardcore y punk se engloben la aceptación de todas las diferencias que hay que nutren un movimiento y que al final de cuentas es sólo una preferencia y nada más. Pero bueno, creo que es difícil o más bien casi imposible, más cuando estamos acostumbrados a temer lo diferente.