domingo, 10 de agosto de 2008

Nunca nada pasa

Todo está lejos
fuera de lugar
sin sentido
frente a tus ojos,
sin que puedas participar.

Y la voz de tu jefa.
Es como limón sobre una cortada.
Por eso cuando se voltea
le escupes a su sombra,
antes de montarte en la tabla
y saltar a la calle.
Deseando que al regresar,
seas quien la levante
y le quite la ropa vomitada.

Cruzas el barrio,
sorteando banquetas y borrachos dormidos en la calle.
Hasta que la luna aparece.
Y te sientas sobre la tabla a observarlapreguntándote:¿si es tarde para que te aborten?.

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