sábado, 26 de septiembre de 2009

Entre las piernas del tiempo 1

1) Hay tardes que hartan, que no sabes porque, pero empiezas a sacar las cuentas de todo y caes en cuenta que el saldo es negativo. Que te has estado haciendo bien pendejo durante tanto tiempo y ahora la realidad te da un madrazo en la cara. Y es culero saber que ya no es suficiente irte a hechar el coto con los vales, porque hasta la chela te sabe desabrida y la mota parece hecha de orégano. Como que ya ni sabes que pedo, porque todo lo que has sido, lo que te ha dado razón de vivir y en donde has crecido, te empieza a ser insuficiente.

2) Hay tardes lentas, que parecen detener las manecillas del reloj y que hasta parece afectar a los güeyes que juegan fútbol en la tele. Y puedes ver como se arrastra por la calle, con una güeva que contagia a los que la caminan. Es que debería de haber una bolsa para guardar esos minutos inútiles de la tarde y poderlos utilizar cuando uno quiera. Sacarlos cuando la vieja se tiene que ir o cuando el metro esté por cerrar, no sé, cuando a cada quién se le inchen los huevos. Creo que sería una buena cura a la des esperanza.

3) Hay tardes que duelen, que parecen estar hechas para morir. Y que sientes que todo se ha terminado, que nada vale la pena y que lo nublado del cielo es la forma sutil que tiene Dios para decirte que te vayas a la verga. Y sientes como la música te estruja, te sacude y llena tu torrente sanguíneo. Porque puedes estar parado en un puente, viendo el más nublado de los cielos, bajo la lluvia más feroz y aún así pensar que todos abajo están bien pinches locos. Cierras los ojos para que Mineral te salve de todo eso y de paso los salve a todos. Porque quisieras que esos acordes que te cobijan inundaran toda la ciudad y que la voz de Christopher Simpson haga retumbar cada ventana. Así tal vez nos dejaríamos de mamadas y por fin nos podríamos centrar en el morro que mete el primer gol de su vida, los que se esconden para fajar o simplemente ver como la lluvia limpia las calles llevándose a las coladeras los pedazos de las ilusiones muertas.

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