martes, 22 de diciembre de 2009

Instantanea

Es la primera vez, en mis 24 años de vida, que me detengo a reflexionar sobre lo que es la enfermedad o de alguna manera la relación que ha tenído mi persona con la enfermedad. Tengo que decir que yo no fuí un niño enfermizo; quiere decir que en mi ya lejana niñes nunca fuí un niño con alergias, afecciónes o algún mal cronico. Entonces eso quiere decir que siempre estuve corriendo, jugando futból sin detenerme en las enfermedades. No pensaba en ellas, y más de que mis padres y hermanos tampoco fueron gente aquejadas por males que lo hagan estar en cama o en una vivencia digamos tragica. Entonces mi primer acercamiento con la enfermedad, fue cuando a mi abuela se le reventó una ulcera. Lo que recuerdo de esa ocación es de que estaba en una ambulancía, también recuerdo que mi madre estaba espantada y que la ambulancia corria hecha la madre. Para esa ocación no reflexioné sobre la enfermedad ni mucho menos, pero fue como el primer inidició.

Cuando yo empezé a tener afecciónes de los bornquios fue cuando cursaba la secundaría. Recuerdo que escupía flema tras flema y que cada vez que hacía frío me enfermaba(cosa que se traducía a no ir a la escuela), y que había que tomar medicamento tras medicamento, las fiebres y todo eso. Yo pensaba que era cuestión de hacer ejercicio y cuidarme, peor aún así las enfermedades me aquejaban, más las afecciónes de las vias respiratorías. Y poco a poco he intentado mentalizarme que cuando vengan los fríos me voy a enfermar y que cada vez será más dificíl curarme. Y es que la vida de enfermo es una putada, por donde la quieras ver; es que todo cambia: el tiempo, las relaciónes, las actividades, las ganas. Vivir del lado de la enfermedad es llenarte de impotencía. De esa impotencía de saberte capaz de hacer muchas cosas pero que la enfermedad no te deja y que los pensamientos se vuelven brumosos cuando tienes algún mal aquejandote el cuerpo. Es sentir el dolor de la mañana, como una bienvenida que te da el cuerpo a tu viacruzis, es el saber que otro día más va a correr entre tu mal, entre el sueño, el dolor, el hastio de quedarte en casa(si es que tienes suerte, si no a la chinga diaría), y no puede hacer nada más que esperar que la medicina haga su efecto(si tienes para medicina), y entonces esperas a que tu cuerpo te reaccióne.

Yo por mi parte, me preocupa que estos bronquios en unos años se hagan mierda y termine como mi jefe con bronquitis cronica o que algo pase dentro de mi cuerpo que me mte poco a poco hasta ser un ente que ni el culo se pueda limpiar, tal como a mi abuela le pasó. No sé son mis unicos dos miedos que tengo, el morir poco a poco, el estacionarme en el tiempo del enfermo el pedir con ojos suplicantes el final. Es que caminar con el dolor en tus huesos noe sf orma de vivir ni tampoco de sentarte para esperar la muerte.

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