viernes, 7 de agosto de 2009

Adios LIian

Me acuerdo mucho de esas noches en Tijuana, la primera vez que me largué a ese pedazo de infierno combinado con paraíso en el que un cielo contaminado de odio lo cobija. Y me acuerdo que muchas veces, cuando era domingo, a las 8 de la mañana, veía a Sandra levantarse totalmente desnuda, con esa blancura en su cuerpo, me cae de madre que se veía tan buena, tan hermosa, que se veía más frágil de lo normal. La veía levantarse y poner en la grabadora a Bruce Springsteen, un tipo que siempre canta para los solitarios, para los niños en cuerpos de adultos, que a la deriva de una barra de cantina lloran por la vagina que se les ha cerrado para siempre. En ese momento, justo cuando ella regresaba a la cama(bueno es un decir, en realidad era un colchón en el piso), el mundo se me reveló por completo y las razones me llegaron como un madrazo seco a la barbilla. Porque al ver a Sandra entendí todo, entendí por ejemplo, que tu sabes que una vagina puede ser tan cálida, suave y que en ella puede caber todo la paz del mundo. También sabes, por ejemplo, que unos pechos pueden servirte de nido, para esconderte de las balas que afuera buscan tu cabeza, algo que yo no puedo(ni podré hacer), y eso tu lo entendiste y yo no.

Es cuando me pregunto: ¿qué derecho tengo yo de escribirte poemas? ¿qué derecho tengo yo de mandarte líneas que no valen para una chingada? Resuelvo que no tengo ningún derecho. Porque cuando supe que teníamos que escapar, que cuando tenía que decirte que teníamos que irnos tú y yo juntos, porque los dos estábamos malditos, y no habíamos hecho más qué malograrnos la vida, no lo hice. Y te iba a decir, me cae, ese día en el deportivo, cuando no entrabas ya a clases y el cuarto nos estaba esperando, pero no lo hice, porque tenías que irte con Lalo y Cuitlahuac a no sé donde. Y entonces resolví ya no querer más rechazos, ya no decir más, y de la mejor forma posible verte partir. Entonces llegué a la conclusión que la ciudad estaba llena de perdedores y tenía que abandonarla para ganar, irme de una vez, con alguien tan mediocre como yo, que en algún momento, en alguna madrugada, se quedó en las puertas de bellas artes, confiada de que el tipo que tenía al lado valía la pena. Y recibió el amanecer entre las nubes de la cruda y aferrada a un despojo de cabrón que ya no podia ni con su pinche alma.
Pero lo hiciste bien. Elegiste bien. Yo no hubiera podido hacer nada por ti(nunca lo hice), como lo hizo Cuitlahuac, Lalo o Carlos. Yo no podría hacer nada por ti, a lo mejor por eso nunca pudimos mandar al mundo a chingar a su madre. Es que tú no eres mediocre, como lo soy yo y Sandra, porque ella pudo haber tenido amaneceres calmos, comida y chupe a su puerta, pero ni madres, tenía que cruzar la noche a mi lado con sed, hambre y el frío en sus huesos. Por eso al final estoy tranquilo, y acepto a la tristeza de compañera, porque sé que tu si elegiste bien. Por eso me despido Carina, abrezos , te quise mucho, como no tienes idea, pero apenas ayer acepte que elegiste lo mejor para ti, yo no hubiera podido llevarte a la UTA, y sólo te hubiera colmado de privaciones...así que me disculpo de antemano.

1 comentario:

Genessis dijo...

Dime una cosa... Por que apenas me entero de este texto? No es un reclamó pero de verdad,por que?